Fuente IntraMed por Gonzalo Casino
CONTRA LA
MALA CIENCIA
Sobre la inflación de estudios de
baja calidad y la ineficiencia de la investigación
La ciencia padece un síndrome
difícil de caracterizar y aún más difícil de tratar. En las últimas décadas el cuerpo
de la ciencia ha desarrollado un crecimiento de apariencia tumoral que
podríamos llamarla como “mala ciencia” o “ciencia mal hecha”.
Esta excrecencia está constituida por todos
esos estudios de baja calidad que no aportan sino ruido y confusión.
Por creencias metodológicas y de
otro tipo se sospecha que la mayoría de los tres millones de estudios que se
publican anualmente carecen de relevancia científica. Los resultados de muchos
de estos no son reproducibles y en muchos casos estos llegan a ser falsos, como
comenta John Ioannidis en su artículo Why most
published findings are false, publicado en 2005.
¿Qué credibilidad merece una
ciencia que no es reproducible? ¿Por qué existe tanta ciencia de baja calidad?
Y ¿qué se puede hacer para paliar el problema? Son tres cuestiones principales
que se deben analizar. La falta de rigor de buena parte de la producción
científica quizá no ha trascendido todavía a la sociedad. Una encuesta
realizada a 1.567 científicos en el 2016
por la revista Nature, reveló que el
52% de ellos considera que hay una crisis de reproducibilidad. La medicina
parece ser un área con más problemas que la de química y física. El 73% de los
científicos considera que los trabajos publicados en su campo son reproducibles
y sólo el 31% cree que la imposibilidad de reproducirlos significa que sean
falsos.
Según los investigadores los
principales factores que impiden la reproducción de los trabajos son la
publicación selectiva de resultados, la presión por publicar y las carencias
estadísticas, por otro lado también consideran otras deficiencias desde el
diseño del estudio a la insuficiente revisión por pares.
La
mala ciencia también tiene sus beneficiarios, los cuales no solo son los
científicos medidores incapaces de hacer ciencia excelente, también son todos
aquellos grupos económicos o profesionales que prefieren los resultados
defectuosos o ambiguos de la mala ciencia a los de un buen estudio, ya que
probablemente estos no les favorecerían.
Son muchas las posibles formas de
actuar contra la mala ciencia, pero quizá la más eficaz sea la que empieza por
uno mismo y por el entorno que lo rodea, fomentando el espíritu crítico y
recordando que uno tiende a dar por bueno y verdadero lo que le beneficia, lo
cual es muy poco científico.
Equipos Ginecológicos y Médicos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario