1.24.2017

Fuente IntraMed por Gonzalo Casino

CONTRA LA MALA CIENCIA
Sobre la inflación de estudios de baja calidad y la ineficiencia de la investigación
La ciencia padece un síndrome difícil de caracterizar y aún más difícil de tratar. En las últimas décadas el cuerpo de la ciencia ha desarrollado un crecimiento de apariencia tumoral que podríamos llamarla como “mala ciencia” o “ciencia mal hecha”.
Esta excrecencia está constituida por todos esos estudios de baja calidad que no aportan sino ruido y confusión.

Por creencias metodológicas y de otro tipo se sospecha que la mayoría de los tres millones de estudios que se publican anualmente carecen de relevancia científica. Los resultados de muchos de estos no son reproducibles y en muchos casos estos llegan a ser falsos, como comenta John Ioannidis en su artículo Why most published findings are false, publicado en 2005.
¿Qué credibilidad merece una ciencia que no es reproducible? ¿Por qué existe tanta ciencia de baja calidad? Y ¿qué se puede hacer para paliar el problema? Son tres cuestiones principales que se deben analizar. La falta de rigor de buena parte de la producción científica quizá no ha trascendido todavía a la sociedad. Una encuesta realizada a 1.567 científicos  en el 2016 por la revista Nature, reveló que el 52% de ellos considera que hay una crisis de reproducibilidad. La medicina parece ser un área con más problemas que la de química y física. El 73% de los científicos considera que los trabajos publicados en su campo son reproducibles y sólo el 31% cree que la imposibilidad de reproducirlos significa que sean falsos.
Según los investigadores los principales factores que impiden la reproducción de los trabajos son la publicación selectiva de resultados, la presión por publicar y las carencias estadísticas, por otro lado también consideran otras deficiencias desde el diseño del estudio a la insuficiente revisión por pares.

La mala ciencia también tiene sus beneficiarios, los cuales no solo son los científicos medidores incapaces de hacer ciencia excelente, también son todos aquellos grupos económicos o profesionales que prefieren los resultados defectuosos o ambiguos de la mala ciencia a los de un buen estudio, ya que probablemente estos no les favorecerían.
Son muchas las posibles formas de actuar contra la mala ciencia, pero quizá la más eficaz sea la que empieza por uno mismo y por el entorno que lo rodea, fomentando el espíritu crítico y recordando que uno tiende a dar por bueno y verdadero lo que le beneficia, lo cual es muy poco científico.



Equipos Ginecológicos y Médicos. 

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